No hay explicaciones lógicas para entender que un puñado de jugadores que hace unos meses 
rendían satisfactoriamente, se hayan puesto de acuerdo para jugar tan mal. Como no se trata de uno o dos jugadores, sino de todos, habrá que revisar entonces el planteo que ejecuta el entrenador para que desarrollen los jugadores. Y en ese planteo no zafa nadie. Sólo el único jugador que siempre hace lo que sabe hacer, el Chapu Braña. Porque él no depende del sistema, él está para presionar y recuperar, para morder y entregar rápido. Otro que depende de sí mismo, es el arquero. Que deberá brillar siempre para que no le conviertan, porque los desacoples defensivos lo dejarán desairado en más de una ocasión. Y hoy Andújar cumplió. De no ser por sus tapadas, el resultado se hubiese definido antes. El resto no pasó de los cinco puntos. Porque si bien se solucionaron algunos problemas defensivos, un conjunto que nunca coordina jugadas colectivas empuja al aplazo individual.Por eso entre las figuras, sólo podrán destacarse Braña y Andújar, porque el resto parecen almas en vela corriendo sin rumbo alguno.
rendían satisfactoriamente, se hayan puesto de acuerdo para jugar tan mal. Como no se trata de uno o dos jugadores, sino de todos, habrá que revisar entonces el planteo que ejecuta el entrenador para que desarrollen los jugadores. Y en ese planteo no zafa nadie. Sólo el único jugador que siempre hace lo que sabe hacer, el Chapu Braña. Porque él no depende del sistema, él está para presionar y recuperar, para morder y entregar rápido. Otro que depende de sí mismo, es el arquero. Que deberá brillar siempre para que no le conviertan, porque los desacoples defensivos lo dejarán desairado en más de una ocasión. Y hoy Andújar cumplió. De no ser por sus tapadas, el resultado se hubiese definido antes. El resto no pasó de los cinco puntos. Porque si bien se solucionaron algunos problemas defensivos, un conjunto que nunca coordina jugadas colectivas empuja al aplazo individual.Por eso entre las figuras, sólo podrán destacarse Braña y Andújar, porque el resto parecen almas en vela corriendo sin rumbo alguno.
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