Su exquisito gol fue el quiebre para otra victoria que engorda el optimismo popular
Cuando la enorme mayoría de los padres se sienten plenamente felices jugando un rato a la pelota con su hijo, en la plaza que está más cerca de su casa, Juan Ramón y Juan Sebastián, los Verón, disfrutan, con llamativa naturalidad, el inconmensurable privilegio de pasarse la corona y el cetro de la gloria "pincharrata" en una postal de las que no abundan en el mundo entero.Cuarenta primaveras después de que el papá haya convertido en memorable póster el más certero cabezazo de su vida, el hijo, más famoso, más líder y, muy probablemente más completo como futbolista modelo, rompió el trámite grisáceo de un partido nada sencillo para el favorito, con un gol de esos que no se olvidan fácilmente.La historia futbolística de Estudiantes es muy rica en matices y durante las últimas décadas, los picos más altos de orgullo tienen como ineludibles protagonistas, entre otros, a dos generaciones de un apellido de cinco letras que suenan de manera ideal para el coro que jamás ensaya.
DEL VEINTIUNO AL ONCE
Estudiantes jugó ante el humilde Gimnasia y Esgrima de Jujuy un primer tiempo de flojo para malo. Nadie se equivocó al elaborar su propio ping-pong de ataques peligrosos. Cinco claros, de los que inyectan frío en la espalda, para los de Labruna Junior, y apenas uno para el último verdugo de Boca. Tan raro como cierto.En ese lapso, cuando el potencial albirrojo parecía anestesiado por el emotivo regreso de aquellas camisetas blancas con dos líneas verticales, finitas y rojas; copia fiel a las originales que albergaron el sudor de la mítica proeza en "la caldera del diablo", fue Mariano Andújar quien evitó aquellos que los diarios hubieran titulado como "batacazo en La Plata".El dueño del buzo 21 volvió a ser clave, como en la campaña que terminó en la última vuelta olímpica. Es más, minutos después del soberbio misil que puso al "Pincha" arriba, hizo una extraña pirueta para impedir el empate que los norteños merecían. Aunque no parezca, Andújar hizo mucho para que ayer al mediodía, en los bares del centro, la genialidad de la "Bruja" fuera el tema repetido en cada rueda de café.La victoria albirroja pudo nacer gracias a que Andújar abortó unos cuantos alaridos del huésped. Perderlo de vista en el fino repaso del juego sería, además de una injusticia con el arquero, dejarse llevar por los destellos de un dos a cero que explica, sólo a medias, lo ocurrido.
EL MARTES HARA CALOR...... por lo menos en el estadio que espera techo y un rato antes de las nueve de la noche. Pasará eso que es fácil de imaginar: Rojo y blanco por todas partes. Mucha gente y ese aire de Copa que es tan distinto al del torneo local (para los que no son futboleros esta es una descripción que roza la mentira).Estando Verón como está, encendido, sano y motivado, Estudiantes no choca con ninguna demora burocrática para gestionar el permiso que lo habilita a edificar nuevos sueños.El último viernes, el equipo que con Astrada en el banco nunca se fue triste a las duchas, estuvo lejos de jugar bien, pero la jerarquía de las individualidades también es una razón válida para sostener las buenas cosechas.
por Martin Mendinueta para eldia.com
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