El entrenador de Estudiantes, Leonardo Astrada, aceptó que en rendimiento ante Tigre fue el mejor del equipo desde que él tomó la conducción.Ante la consulta de la prensa, el DT dijo que “en líneas generales sí. Hubo un rendimiento muy parejo de todas las líneas, con manejo de pelota, presión sobre el rival y definición en el arco ajeno”.“Veníamos de un compromiso de mucha importancia y desgaste y hoy supimos jugar como si fuera una verdadera final para clasificar a la Libertadores. Estamos en camino. Quedamos a un punto de San Lorenzo, le sacamos siete a Tigre y eso nos da tranquilidad. Nuestra ambición es la clasificación directa y no el repechaje. Si seguimos mentalizados así no tengo dudas que podemos lograrlo”, indicó.De cara a lo que viene, Astrada advirtió que “tenemos que recuperar a los jugadores, ser inteligentes y con Inter poner el mejor equipo que veamos”. En tanto que sobre el torneo local, aseveró que “casi seguro pediremos la postergación. Y no lo hacemos para sacar ventajas sino porque el reglamento lo permite. En el caso de hoy la AFA no pensó como nosotros así que lo afrontamos y lo sacamos adelante”.
Empachados de alegría
“¿Vas a Brasil?” La frase más escuchada en todos los rincones del estadio de 25 y 32 no daba lugar al pensar en el partido de esta tarde. La gente del Pincha tiene la cabeza en la final de la Sudamericana y, aunque todos consideraban el choque con Tigre como interesantísimo, nadie podía disimular su entusiasmo ante la posibilidad de dar una vuelta internacional.La polémica por la posibilidad de que se entreguen pocas entradas, le siguió en importancia a la pregunta anterior. “Yo voy en bondi”, decía uno, “Yo en av
ión”, respondía el segundo, “si conseguimos entradas”, retrucaba el tercero.A medida que el estadio se iba colmando, que los rumores confirmaban la mayoría de titulares y que los hinchas de Tigre iban llegando, la cosa empezó a calentarse y los Pinchas se olvidaron por un rato de la Copa, para meterse de lleno en el rival de esta tarde.Y cuando salieron el equipo, comandado por esa pelada única, la cancha se vino abajo. En parte por apoyo, en parte como agradecimiento a tamaño esfuerzo. Los gritos de siempre, las ovaciones particulares y el silbido previo a Lázzaro, como adelanto de lo que le esperaría en el resto del partido. La gente de Estudiantes no le perdona al delantero de Tigre su actitud y se lo hizo saber cada vez que el nueve agarraba la pelota. Y se estaban acomodando lo más retrasados, cuando otra vez el dios Pincha la mando a guardar en otro impecable derechazo con pelota parada. Delirio, locura y descontrol. El equipo de Astrada ganaba y su gente, casi empachada, saltaba deseando que la buena no se acabe nunca. Y así siguieron hasta el final, gastando palams ante cada jugada colectiva, ante cada toque de primera de su ídolo, ante cada muestra de calidad de su equipo.El descanso sirvió para que en la zona de plateas, algunos Pinchas saluden a Carusso Lombardi, vaya a saber por qué, tal vez agradeciendo su declarada pasión por los colores del Pincha. Paty, pizzas y a la tribuna. La Copa estaba cerca, pero a más de uno no le entraba otra cosa en la cabeza, que ese sueño cercano de dar una vuelta en Brasil.Y el final fue emocionante. Remeras, banderas o buzos, cualquier trapo servía para girar sobre las cabezas durante diez minutos, bajo el "ole, ole, ole, olá", para disfrutar por lo visto, para exteriorizar tanta alegría.
ión”, respondía el segundo, “si conseguimos entradas”, retrucaba el tercero.A medida que el estadio se iba colmando, que los rumores confirmaban la mayoría de titulares y que los hinchas de Tigre iban llegando, la cosa empezó a calentarse y los Pinchas se olvidaron por un rato de la Copa, para meterse de lleno en el rival de esta tarde.Y cuando salieron el equipo, comandado por esa pelada única, la cancha se vino abajo. En parte por apoyo, en parte como agradecimiento a tamaño esfuerzo. Los gritos de siempre, las ovaciones particulares y el silbido previo a Lázzaro, como adelanto de lo que le esperaría en el resto del partido. La gente de Estudiantes no le perdona al delantero de Tigre su actitud y se lo hizo saber cada vez que el nueve agarraba la pelota. Y se estaban acomodando lo más retrasados, cuando otra vez el dios Pincha la mando a guardar en otro impecable derechazo con pelota parada. Delirio, locura y descontrol. El equipo de Astrada ganaba y su gente, casi empachada, saltaba deseando que la buena no se acabe nunca. Y así siguieron hasta el final, gastando palams ante cada jugada colectiva, ante cada toque de primera de su ídolo, ante cada muestra de calidad de su equipo.El descanso sirvió para que en la zona de plateas, algunos Pinchas saluden a Carusso Lombardi, vaya a saber por qué, tal vez agradeciendo su declarada pasión por los colores del Pincha. Paty, pizzas y a la tribuna. La Copa estaba cerca, pero a más de uno no le entraba otra cosa en la cabeza, que ese sueño cercano de dar una vuelta en Brasil.Y el final fue emocionante. Remeras, banderas o buzos, cualquier trapo servía para girar sobre las cabezas durante diez minutos, bajo el "ole, ole, ole, olá", para disfrutar por lo visto, para exteriorizar tanta alegría. fuente:cielosports.com
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