-¿Cómo preparás tu último clásico?
-Seguramente de una manera más especial porque va a ser el último que juego, si es que así lo decide el técnico. Pero igual trato de mantener un equilibrio y, en lugar de hablar o hacer explosivas declaraciones, dejar todo para cuando la pelota empiece a rodar adentro de la cancha.
-¿Cómo sería la despedida ideal?
-Y lo ideal sería ganando. Si es por mí, sueño con ganar y poder hacer un gol como los que hice en el pasado, pero esto es fútbol y en dos minutos puede pasar cualquier cosa. Lo importante es que la gente vaya a disfrutar de un partido. Después las cargadas son buenas porque es parte del folclore. Acá viene gente de Europa a ver este clásico por el clima que hay. Está bueno que haya cargadas, pero lo importante es no pasarse de ahí.
-¿Cómo definirías la relevancia que tiene un clásico para la ciudad de La Plata?
-Lo que tiene de diferente el clásico en La Plata es que es siempre distintos, y en la previa el resultado está abierto para cualquiera. El nerviosismo y la adrenalina es la misma cuando llega el momento de jugarlo. Si bien yo tengo varios clásicos encima, no sólo en La Plata, sino también en Avellaneda y en México, todos los partidos son distintos. Acá está en juego la ciudad, el club del cual uno es hincha y las cargadas de los amigos. Con el paso del tiempo he aprendido a convivir con este tipo de cosas, pero a medida que se va acercando el día del partido vas dejando eso de lado, y te vas metiendo en el rol exclusivo como jugador.
-¿Qué diferencia hay entre aquella primera previa a un clásico en los inicios de los ‘90 y ésta?
-Yo soy una persona que no demuestra ni tristeza ni alegría. Siempre trato de mantener un equilibrio que es lo que uno tiende a perder constantemente. Cuando hacés dos goles salís en todos lados y cuando perdés no podés esconderte porque no mataste a nadie. En todo caso te da un poco de tristeza cuando no te va a bien.
-Pero a vos te fue bastante bien con Gimnasia...
-Por suerte sí, pero todos los clásicos son distintos y nadie te puede garantizar que vas a marcar en todos los partidos. Yo respeto a todo el mundo, después trato de hacer lo mejor posible el día del partido. Allí estará la verdad.
-Por los goles que hiciste, ¿sentís que los hinchas de Gimnasia te tienen un respeto desmesurado?
-Lo que pasa es que después de haberle hecho goles a Gimnasia, en los últimos clásicos, se siente cuando vas a entrar a la cancha que hay un murmullo entre la gente. Yo lo vivo como lo que es: un clásico y, en este caso, el último como jugador. Tanto cuando me tocó ganar, como perder, nunca cargué a nadie. Yo soy muy respetuoso y cauto en las declaraciones y no veo por qué hay que cambiar a esta altura, ¿no?
“Van a salir”
José Luis Calderón habló sin pelos en la lengua sobre la situación que atraviesa Gimnasia, admitiendo que está a tiempo de salir adelante. “Gimnasia tiene un buen plantel y sabe lo que quieren hacer. Desde afuera se ve que es un grupo muy unido, y cuando es así las cosas salen adelante. Nosotros pasamos por esa situación en el ‘94 y hay tomarlo como experiencia para no cometer los mismo errores”.
La relación con Sessa
En los primeros años de la década del ‘90, José Luis Calderón y Gastón Sessa compartieron el vestuario en Estudiantes. Desde ese momento, los dos referentes del clásico platense profesan una genuina relación.
“Con Sessa tenemos amigos en común como Rubén y Diego Capria. Hay buena relación, muy buena, y siempre nos hemos cruzado en varios cumpleaños de amigos que tenemos en común”, confesó Calderón al referirse al arquero de Gimnasia al que ya le marcó un gol en el último clásico.
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