El plantel de Estudiantes tendrá una semana corta de entrenamientos, ya que jugará el próximo viernes abriendo la fecha 5 del torneo Clausura y para lo que necesariamente deberá levantar cabeza, en medio de u
n clima enrarecido en el Country de City Bell, donde en los pasillos, los referentes del equipo han salido a ponerle el hombro a esta mini crisis que afronta el equipo de Leo Astrada.Para colmo de males volverán a practicar, post regenerativo, con la necesidad de rearmar nuevamente el andamiaje futbolístico, teniendo que reemplazar obligadamente a Agustín Alayes y a Diego Galván por expulsión, a Enzo Pérez que llegó al límite de las amarillas y esperando ansiosamente por la recuperación de Germán Ré, Rodrigo Braña y Juan S. Verón que todavía no se pudieron recuperar totalmente de las lesiones que vienen arrastrando.Tras los exámenes físicos de hoy en el tobillo, el cuerpo técnico descartó prácticamente a Cristian Sánchez Prette, que quedaría marginado del próximo partido frente a los dirigidos por el flaco Gareca.La jornada de mañana sería decisiva para develar la elección del cuerpo técnico que está en tela de juicio por propios y extraños y que sólo le queda ganar o ganar para poder pensar en la Copa Libertadores de la próxima semana sin estar asechado por los fantasmas del retiro.fuente:cielo

Un silencio que invita a pensar
Después de la derrota con Arsenal, el plantel se volvió a entrenar bajo un clima de sumo hermetismo. El técnico volvió a eludir el diálogo para no incurrir en un error. Los dirigentes aseguraron que todo seguirá de la misma manera
No fue una mañana más en City Bell. Los ecos de las críticas vertidas hacia una nueva derrota del equipo retumbaban en cada sector del predio. Adentro, claro, jugadores y cuerpo técnico se replanteaban los pasos a seguir.
La dirigencia, como no podía ser de otra manera, tomó cartas en el asunto. Primero con Marcelo Malaspina y luego con Eduardo Vera, uno a uno fueron llegando al predio. Se juntaron con los máximos referentes, según se supo. Pero también desmintieron cualquier rumor de renuncia o alejamiento por parte del cuerpo técnico.
De repente, y casi a la par de la salida de Malaspina, llega el presidente Ruben Filipas. Celular en mano, elude el primer intento de la prensa por conocer alguna novedad.
Desde lejos, Astrada conversa largo y tendido con Vera y, según cuentan, ultim
an detalles del viaje a Ecuador. Todo parece estar bajo control. Pero la temperatura aumenta a medida que la mañana se acerca al mediodía. Los jugadores empiezan a salir, y salvo Calderón todos se inclinan por no hacer comentarios.
“No hay nada para decir, sólo hay que hacer”, cuenta a la pasada con la ventanilla baja uno de los pilares de la defensa.
Minutos más tarde, el presidente de la institución es tajante a la hora de aportar un panorama: “No sé de donde sacaron eso, pero no se puede estar cambiando de técnico cada cuatro meses”. Todo sigue igual.
Está claro que en una crónica policial, el final sería con el sujeto aprendido. Pero no es éste el caso, aunque las ironías del destino hicieron que el último protagonista en salir fuera Leonardo Astrada. El hombre, sorprendido y predispuesto, le aportó tranquilidad a una señora que lo frenó para brindarle su apoyo: “¡No te vas a ir!”, dice la simpatizante. “¿Ir?, ¿a dónde?”, contesta entero el Jefe de Estudiantes, asumiendo más que nunca el desafío.
No hay motivos para pensar que habrá un cambio brusco. En silencio, pero trabajando, el Pincha busca resurgir de lo que presenta como una crisis futbolística que merece una reflexión. El viernes, ante Vélez, habrá revancha. No hay que dejarla pasar.
fuente:Diario Hoy
Después de la derrota con Arsenal, el plantel se volvió a entrenar bajo un clima de sumo hermetismo. El técnico volvió a eludir el diálogo para no incurrir en un error. Los dirigentes aseguraron que todo seguirá de la misma manera
No fue una mañana más en City Bell. Los ecos de las críticas vertidas hacia una nueva derrota del equipo retumbaban en cada sector del predio. Adentro, claro, jugadores y cuerpo técnico se replanteaban los pasos a seguir.
La dirigencia, como no podía ser de otra manera, tomó cartas en el asunto. Primero con Marcelo Malaspina y luego con Eduardo Vera, uno a uno fueron llegando al predio. Se juntaron con los máximos referentes, según se supo. Pero también desmintieron cualquier rumor de renuncia o alejamiento por parte del cuerpo técnico.
De repente, y casi a la par de la salida de Malaspina, llega el presidente Ruben Filipas. Celular en mano, elude el primer intento de la prensa por conocer alguna novedad.
Desde lejos, Astrada conversa largo y tendido con Vera y, según cuentan, ultim

“No hay nada para decir, sólo hay que hacer”, cuenta a la pasada con la ventanilla baja uno de los pilares de la defensa.
Minutos más tarde, el presidente de la institución es tajante a la hora de aportar un panorama: “No sé de donde sacaron eso, pero no se puede estar cambiando de técnico cada cuatro meses”. Todo sigue igual.
Está claro que en una crónica policial, el final sería con el sujeto aprendido. Pero no es éste el caso, aunque las ironías del destino hicieron que el último protagonista en salir fuera Leonardo Astrada. El hombre, sorprendido y predispuesto, le aportó tranquilidad a una señora que lo frenó para brindarle su apoyo: “¡No te vas a ir!”, dice la simpatizante. “¿Ir?, ¿a dónde?”, contesta entero el Jefe de Estudiantes, asumiendo más que nunca el desafío.
No hay motivos para pensar que habrá un cambio brusco. En silencio, pero trabajando, el Pincha busca resurgir de lo que presenta como una crisis futbolística que merece una reflexión. El viernes, ante Vélez, habrá revancha. No hay que dejarla pasar.
fuente:Diario Hoy
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