Rubén Filipas, a los 46 años, está frente a la oportunidad de ser el presidente de Estudiantes. En su vida particular es médico e incursionó en la política del Pincha en el año 1999, cuando formó parte de la lista Nueva Generación Albirroja que luego consagró a Guillermo Cicchetti.
Filipas comenzó a trabajar en el área del fútbol amateur, durante las presidencias de Cicchetti y Julio Alegre. Luego pasó a ocupar el cargo de pro secretario del fútbol profesional, cuando Eduardo Abadie ganó y se hizo cargo del máximo cargo de la institución, el cual mantiene hasta la actualidad.
Mañana participará en su primera carrera hacia la presidencia bajo la lista oficialista "Nueva Generación", y postulará como vices a Marcelo Malaspina, Fernando Casalla y Gustavo Feyshula.
"Nunca pensé que esto podía pasar" contó Filipas cuando el oficialismo lo dio como candidato. "A veces en la vida las cosas te caen y hay que saberlas valorar. Sería un orgullo muy importante ser presidente de Estudiantes", dijo.
Una de las frases más importantes en esta carrera electoral fue la que puso un manto de tranquilidad para los socios al sostener que "no creo que se venga la noche ni que tengamos que tomar decisiones impopulares. Todo depende de cómo se interpreten esas decisiones. Generar recursos para construir el estadio no es impopular. Tener un plantel como el que tenemos, más allá que no atraviesa el mejor momento futbolístico, es una buena decisión". Además le brindó todo el respaldo a Marcelo Malaspina "que está al frente de la secretaría de finanzas y confío absolutamente en todo. Sabemos que vienen tiempos diferentes, tenemos que construir el estadio y apuntar todo a eso. No podemos ponernos plazos por la obra, pero lo más importante es que ha comenzado".
Luego sostuvo que "la idea es mantener la jerarquización del plantel, con una gran potencialidad para venderlos, para seguir estando en los primeros planos, incorporando también juveniles para mecharlos con los profesionales".
Por último, "esfuerzo, sacrificio y tolerancia familiar", es la receta de Filipas para poder compatibilizar la función de dirigente de un club con sus obligaciones de la vida cotidiana.
A Rubén Filipas, que ayer cerró su campaña en un acto realizado en Ensenada, sus allegados lo consideran una persona de perfil bajo, que siempre se mantuvo en la consideración del oficialismo para ocupar el máximo cargo que estará en juego mañana en las elecciones.
Filipas comenzó a trabajar en el área del fútbol amateur, durante las presidencias de Cicchetti y Julio Alegre. Luego pasó a ocupar el cargo de pro secretario del fútbol profesional, cuando Eduardo Abadie ganó y se hizo cargo del máximo cargo de la institución, el cual mantiene hasta la actualidad.
Mañana participará en su primera carrera hacia la presidencia bajo la lista oficialista "Nueva Generación", y postulará como vices a Marcelo Malaspina, Fernando Casalla y Gustavo Feyshula.
"Nunca pensé que esto podía pasar" contó Filipas cuando el oficialismo lo dio como candidato. "A veces en la vida las cosas te caen y hay que saberlas valorar. Sería un orgullo muy importante ser presidente de Estudiantes", dijo.
Una de las frases más importantes en esta carrera electoral fue la que puso un manto de tranquilidad para los socios al sostener que "no creo que se venga la noche ni que tengamos que tomar decisiones impopulares. Todo depende de cómo se interpreten esas decisiones. Generar recursos para construir el estadio no es impopular. Tener un plantel como el que tenemos, más allá que no atraviesa el mejor momento futbolístico, es una buena decisión". Además le brindó todo el respaldo a Marcelo Malaspina "que está al frente de la secretaría de finanzas y confío absolutamente en todo. Sabemos que vienen tiempos diferentes, tenemos que construir el estadio y apuntar todo a eso. No podemos ponernos plazos por la obra, pero lo más importante es que ha comenzado".
Luego sostuvo que "la idea es mantener la jerarquización del plantel, con una gran potencialidad para venderlos, para seguir estando en los primeros planos, incorporando también juveniles para mecharlos con los profesionales".
Por último, "esfuerzo, sacrificio y tolerancia familiar", es la receta de Filipas para poder compatibilizar la función de dirigente de un club con sus obligaciones de la vida cotidiana.
A Rubén Filipas, que ayer cerró su campaña en un acto realizado en Ensenada, sus allegados lo consideran una persona de perfil bajo, que siempre se mantuvo en la consideración del oficialismo para ocupar el máximo cargo que estará en juego mañana en las elecciones.
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