Los primeros cinco minutos del partido, los pibes jugaron para Sensini, que tan pocas oportunidades les brindó, desplegando fútbol y ganas, cualidades que le faltaba al equipo de Boquita. Pero con la derrota consumada, no es que el ex técnico haya tenido razón, los juveniles de Estudiantes estuvieron a la altura del partido, aunque no les alcanzó.Sin embargo, cuando los pibes se floreaban, un centro de Morález devino en las desconcentraciones defensivas del equipo, y Lucero, que entró solito por el segundo palo, clavó un frentazo ante un Andujar desprotegido. Sonaba a injusto, pero entre la actitud y el desorden hay un abismo que suele marcar la diferencia. Con otro centro de la derecha, esta vez se dejó anticipar a Cellay, y Sánchez Sotelo aumentó la diferencia. Ya no era injusticia, era
una realidad. Estudiantes no pudo recomponerse del primer gol y Racing parecía un equipo compacto, serio, desplegando un juego colectivo que no se veía hacía mucho tiempo.Racing tuvo algunas situaciones más para abrir el marcador y Estudiantes arremetía con lo que podía. Así hasta el final de la primera etapa.En el segundo tiempo todo parecía cambiar, cuando con un centro de Benítez - la mejor herramienta utilizada por Estudiantes - le cayó al pibe Galiana y con un zurdazo, ayudado con el desvío en un defensor rival, descontó el marcador.Estudiantes se venía encima, lo atacaba a Racing por todas partes, pero no llegaba con claridad. Los minutos pasaron y la Academia superó el sofocón y de a poco le quitó la pelota al Pincha.Desde el banco, Alejandro Russo intentó cambiarle la cara al equipo con los ingresos de Boselli, Salgueiro y Moreno, pero entraron en la misma nebulosa que lo acompaña al Pincha en este torneo.Muchas ganas, pura actitud, bien por los pibes, y poco juego. Una derrota fea, pero clara.

fuente:cielosports.com
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