jueves, 6 de noviembre de 2008

La vida por los colores

“La vida por los colores”. Esa leyenda estaba escrita en una bandera ubicada a lo ancho del lateral de la tribuna en la que se ubicó la gente de Estudiantes, y que resume fielmente la aventura de ir hasta Río de Janeiro para ver al equipo.Es que la pasión no entiende de días de semana ni de ahorros para planear vacaciones. Es cierto que a muchos de esos 800 pincharratas el bolsillo les da, pero a tantos otros no, y sin embargo se fueron hasta allí.Desde muy temprano, aparecieron en las gradas camisetas tradicionales a montones, gran cantidad de banderas y una considerable presencia de paraguas albirrojos decoraron el sector.Cuando aún no había pasado nada, llegó el gol soñado, y con él la emoción y la explosión por el grito de explosión. Un alarido que aplastó, y no es exagerado, a los miles de torcedores locales.“Siga el baile, siga el baile, al compás del tamboril, que esta noche nos c…., a los p…de Brasil”, se escuchó en forma inmediata. Ante tanta tranquilidad porque el local debía hacer cuatro goles, los hinchas sí se relajaron, dejaron de lado los nervios y lo vivieron a toda orquesta. Si bien la lluvia ocasionaba problemas en el campo de juego, no así afuera, porque se sabe que actúa como condimento e incentivo para seguir la fiesta.Y si todo estaba saliendo redondo, más aún con la conquista de Salgueiro que terminó por definir todo. Y otra vez, la canción de “Siga el baile, siga el baile…”, para darle lugar a un emocionante “Olee…Oleee” en tierras brasileñas mientras el equipo tocaba y tocaba.Con el correr de los minutos y ya en el segundo tiempo, se le hizo una linda despedida al charrúa con el tradicional “Uruguayo…uruguayo...”.Es cierto que los dos goles de Botafogo no gustaron en absoluto, pero eran conscientes que la diferencia ya era irremontable, que los minutos que quedaban eran pocos y era momento de comenzar a revolear las camisetas.El final sirvió aplaudir a Verón, que hizo enloquecer a la torcida local, y para que los hinchas platenses agradecieran con un conocido cántico a sus jugadores.El “es un sentimiento, no puedo parar…”, quedó para el cierre, recibiendo como respuesta las camisetas de parte de todo el plantel. Objetivo, de las dos partes.


fuente:cielosports.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comparte

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More