jueves, 11 de diciembre de 2008

Tenía con qué y no pudo


Más allá de que Estudiantes se presentaba en Mendoza con buena parte de su equipo con jugadores alternativos, sabía que bien plantado podría complicar al frágil Godoy Cruz, y así sucedió.
El principio del partido fue de ida y vuelta, repartiéndose la pelota y las llegadas, pero promediando el primer tiempo, el Pincha se hizo dueño del trámite producto de la buena contención en el medio, en especial de Braña. Lo único que faltaba era meterla. Sus puntas, la Gata – que no creaba - y Lentini, no se encontraban, mientras que sus carrileros, Galván y Pérez, no fueron justos en las chances claras que tuvieron.
Los de Astrada habían desnudado falencias en el fondo local a partir de toques cortos y precisos en ataque, y ajustando la definición, llegarían al gol. Y así sucedió. Una buena triangulación por izquierda terminó con el cabezazo de Lentini, quien le dio la victoria parcial al equipo y festejó su primer gol en la categoría.
A partir de ello el local intentó despertar en base a lo que generaba Encina, y tuvo ocasiones, una de ellas clarísima pero Andujar ratificó su gran momento y abortó un mano a mano contra Caruso.
En el segundo tiempo, el Tomba, obligado, salió a buscarlo y Estudiantes, arrinconado, esperaba para meter la contra. La buena nueva además de la victoria parcial era que Lentini había marcado el gol y que seguía complicando con movimientos muy interesantes y potentes.
Sin embargo, Andujar, que había tapado otra notable, no pudo más y en una pelota parada, Borghello encontró una pelota picando en el área y puso el empate.
Pero a los de Cocca no le servía la igualdad y continuaron empujando y los de Astrada buscando de contra, pero ni Galván, ni Pérez y sobre todo la Gata en un nivel bajísimo, no dominaban ni la generaban.
Eso la faltaba al equipo. Claridad, desequilibrio y producción. Con la expulsión de Caruso, Astrada metió mano y puso a Salgueiro para complicar arriba y a Benítez para tener más volumen de juego.
Eso dio resultado. Estudiantes mejoró, fue más peligroso y llegó al arco de Ibáñez pero entre éste y las malas definiciones, no logró pasar al frente a pesar de jugar en campo rival durante los últimos quince minutos y probar con pelotazos, centros desde los costados y toques por abajo.
Y de tanto ir al albirrojo para acercarse a la Copa, el local, con uno menos, encontró una contra y Borghello metió el segundo y desató la euforia para su equipo y la desazón para el Pincha que ahora ve complicada su clasificación y prenderá velas para que Tigre no logre el campeonato.
Por el material que puso en cancha y por las limitaciones del rival, podía ganarlo, pero le faltó una pizca de genialidad que aportan justamente los que no estuvieron presentes. Con uno más, no fue eficaz y si bien no mereció la derrota, no hizo los méritos realmente suficientes como para llevarse un triunfo que no era tan complicado conseguir.

fuente: diario cielo sport

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