lunes, 29 de septiembre de 2008

El Pincha gozó por el miedo a no perder que tuvo el Lobo

Para la historia de los clásicos quedará grabado que Estudiantes lo ganó por 3-1. Que su gente disfrutó y gozó a pleno un triunfo ante su tradicional rival. Que estiró la racha a cinco partidos consecutivos con victorias más un empate, que se jugó en un estadio colmado en una tarde lluviosa. Y la historia también dirá que lo ganó con absoluta justicia. Que supo aprovechar las desconcentraciones y los desaciertos a la hora de los cambios. Pero al hincha poco le importa cómo se logró o si el rival se equivocó. Los clásicos son para ganarlos y una vez más el disfrute fue para los albirrojos. Agustín Alayes abrió el marcador allá por los 18 minutos de la primera etapa y la victoria parcial le duró hasta los 11 del complemento -cuando con un hombre menos por expulsión de Maldonado por fuerte e innecesaria falta a Verón a los 5'-, Chirola Romero ponía las cosas iguales. A partir de allí se sucedieron los cambios que le dieron otro giro al partido. Con un tinte netamente defensivo por parte de Sanguinetti cuando el Pincha había sentido y mucho el impacto y lo tenía contra un arco, metió a San Esteban por Franco Niell y un ratito más tarde a Ignacio Piatti por Messera, el conductor del Lobo. Mientras que el debutante -en torneo local- Leonardo Astrada, acertó con los ingresos de Calderón y Salgueiro y así pudo torcer una historia que parecía sellada. Primero fue Calderón y luego Boselli los que se hicieron presentes en el marcador con asistencias perfectas del uruguayo.

Estudiantes empezó ganándolo con la tranquilidad que ofrecieron sus jugadores desde el minuto inicial. Porque sabía que Gimnasia se le iba a plantar como protagonista. Así lo hizo. El Lobo empezó con el balón en sus pies pero sin inquietar a Andújar. Mucho toque, muchas ganas, pero con falta de profundidad a la hora de penetrar al área. Estudiantes esperaba, recuperaba el balón y lo jugaba con criterio. Hasta que apareció Verón con su pegada y sacudió la modorra generalizada. Un tiro libre casi desde la mitad del campo al corazón de área y Alayes que aprovechó un quedo de toda la defensa para de cabeza poner el 1-0.

Tranquilidad absoluta para el Pincha, que no había hecho méritos para estar en ventaja, pero en la primera de cambio no perdonó. Iban 18 minutos de juego. De ahí hasta el final de la etapa poco y nada de fútbol se vio. Mucha fricción y tibias llegas con algún riesgo sobre las áreas.

La salida por lesión de Enzo Pérez y el ingreso del Chino Benítez hizo que Sanguinetti cambiara el esquema. Adelantó a Ormeño y dispuso línea de tres en el fondo, pero sin mucho resultado. Sobre el final inquietó el Pincha con una llegada de Angeleri hasta el fondo y centro para Iván Moreno que llegó a conectar pero por arriba del travesaño. Después inquietó el Lobo con un remate de media distancia de Ormeño que Andújar despejó al corner.

En el complemento llegaron las emociones. Primero con la expulsión de Maldonado y seis minutos después el transitorio empate de Chirola Romero tras un pase de Niell. Cuando parecía que Gimnasia estaba para más, llegaron los cambios y el repunte de un Pincha que nunca se desesperó y que tuvo desde el banco la cuota de fútbol y empuje que necesitaba. Porque el ingreso de Salgueiro, antes lo había hecho Calderón, fue clave para la victoria del Pincha, primero cediéndole un pase cruzado a éste último que con toda su experiencia la clavara al otro palo de Sessa y después Boselli fue asistido por el uruguayo para cerrar un pleito que todavía le quedaban minutos, pero que sólo fueron para que la gente de Estudiantes disfrutara un nuevo triunfo en el clásico.




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